Deseaba que el verdadero Dios apareciera y dijera
Sólo estaba bromeando.
Sobre todo.
Sólo estaba bromeando.
Ese tipo es mi hermano idiota.
Ignóralo. Es un estúpido.
En medio de la labor de ventas interminable de la vida moderna a menudo se nos advertía que no depositáramos la fe en cuestiones materiales, y lo intentamos, la mayoría, en buena medida con éxito. No éramos gente superficial. Las cosas contenidas en nuestros paquetes no eran, simplemente, cosas. Eran… ¿cómo decirlo? Contenido. Estructura. Emoción. Parte del necesario tejido humano de nuestras vidas.
¿Cómo debe aproximarse un partido político revolucionario, o un grupo de beatniks o hippies, al 99% de la población que no pertenece a la clase dominante? ¿Deben decirles que les han lavado el cerebro, que sus valores están mal construidos, y que en realidad no quieren (pace Janis Joplin) un Mercedes Benz?
Nos encontramos frente a una pregunta interesante, relevante en la actualidad, pues vivimos una época también difícil: ¿deben los artistas involucrarse con los temas acuciantes de su época? ¿Y cómo? En cuanto a la comedia respecta, podríamos decir que existe la vía de Capra, y la vía de Sturges, y la comparación resulta muy ilustrativa.