Recomendación de los editores

Un cuerpo propio

Sayak Valencia

Conocí a Diana en julio de 2008 en una jornada sobre «FeminismoPorspornoPunk » en Arteleku, un centro de arte de Donostia. La primera vez que la vi caminaba desnuda por el recinto y su desnudez, entre tantos otros cuerpos que iban semidesnudos o desnudos, resultaba llamativa porque estaba investida de una fuerza que ni mil ropajes podrían brindarle. La observé y pensé rápidamente que esa fuerza le venía de conocer su cuerpo, de tener una relación intensa con su cuerpo.

Durante esos días pude constatar ese conocimiento de sí, presencié una de sus performances sobre Pornoterrorismo, una puesta en escena donde se conjuntaron porno, poesía y ácidas críticas contra los binarismos de género y sexual; en algún momento Diana invitó a unx colaboradorx-amigx-amante-compañerx a realizarle un fisting vaginal que desembocaba en una gran eyaculación femenina sobre el escenario.

Recuerdo este primer encuentro porque sería el inicio de una larga amistad y también porque prácticamente desde que la conozco la he visto eyacular y, con ello, poner su cuerpo como un centro de conocimientos, conspiraciones e inspiraciones prácticas y colectivas que han creado acciones para estafar al heteropatriarcado y reapropiar nuestros placeres que, como los feminismos nos han mostrado, también son políticos y han estado expropiados por siglos de colonialismo, capitalismo y misoginia.

Celebro la capacidad de Diana de hacer una investigación tan profunda que en otras manos hubiera sido un libro más de entelequias teóricas pero en sus palabras se convirtió en un manual-bomba contra aquellos que nos prefieren muertas y despotenciadas en lugar de vivas y gozosas.

Menciono estos tres factores porque Pucha potens es un libro (trans)feminista, anticapitalista y anti-colonial porque busca tejer alianzas, liberar saberes y corpo-decolonizar la sexualidad. Y estas acciones son tremendamente necesarias pues el valor de estas letras descansa en que desmitifican las certezas que tenemos sobre nuestros cuerpos y nuestras sexualidades.

En este sentido, Pucha potens es una especie de arqueología de la eyaculación que nos aporta conocimientos prácticos para recuperar nuestra potencia corporal, arrebatada y ocultada a través de los discursos religiosos, cripto científicos, fascistas e incluso desde los de la izquierda machista que han hecho de nuestros cuerpos y sus deseos el principal motor de explotación y producción de riqueza.

Insisto en que éste es un libro de sexopolítica anti-capitalista porque su redacción se ha logrado desde un trabajo arduo, en condiciones de investigación precarias, y de intercambio y flujo de saberes, afectos y trueques y sobre todo porque, como lo afirma Diana, al contrario que el capitalismo, este libro no busca frustrar a nadie por no poder eyacular, sino colectivizar la autoexploración y sumar desobediencias transfeministas.

Otro punto fundamental del libro es que habla de coños pero no los esencializa como propiedad de las mujeres, ni romantiza la eyaculación femenina. Por tanto, nos invita a ir hacia nuestros cuerpos, nos hace un llamado a desalinearnos del empobrecimiento sexual que la sujeción heteropatriarcal ha hecho con el cuerpo de las mujeres.

Nos encontramos con una prosa amena y socarrona, llena de experiencias y experimentaciones desde la primera persona, que no se reduce a un diario sexual sino que también es un libro muy bien documentado que hace converger, con gran inteligencia, las críticas transfeministas sobre el androcentrismo de las ciencias médicas con la necesaria desmitificación del esencialismo biológico que subyace en ciertos discursos binarios del feminismo trans-exclusionista. Celebro la capacidad de Diana de hacer una investigación tan profunda que en otras manos hubiera sido un libro más de entelequias teóricas pero en sus palabras se convirtió en un manual-bomba contra aquellos que nos prefieren muertas y despotenciadas en lugar de vivas y gozosas.

Finalmente, me gustaría apuntar que escribo este prólogo desde Tijuana, México, en estado de confinamiento por la pandemia desatada por el virus covid-19 y menciono este contexto porque justamente lo que Pucha potens pretende es darnos herramientas y saberes feministas realmente útiles para desconfinar nuestros cuerpos de la celda en la que el necro-hetero-patriarcado colonial y racista nos ha metido desde hace por lo menos cinco siglos. Hablo de desconfinar nuestros cuerpos como una forma de desobediencia sexual a la pandemia heteropatriarcal y racista que, hoy, de la mano del neoliberalismo nos quiere confinadxs y auto-explotadxs o nos quiere en las calles como cuerpos «esenciales» (sacrificables) en pos de mantener funcionando la máquina capitalista.

En este sentido, este libro se convierte ahora también en una contranarrativa a ese mandato de confinamiento y auto-explotación y en su lugar nos propone un manual para reprogramar la relación opaca que muchxs tenemos con nuestrxs cuerpos y cambiar la auto-explotación laboral del home office por la auto-exploración sexual en su capacidad de reinventar nuestros cuerpos y sus potencias políticas tanto en el ámbito de la sexualidad como en el de otras resistencias.

Pucha potens

Diana J. Torres

Realidades

2020 · 176 páginas

978-60-78619-39-9