¿Cómo lidiar con todo eso? Contándolo, quizás. Escribiéndolo, como decidió hacerlo Stuart a través de Shuggie. Porque a fin de cuentas la literatura es producto de un ardor.
Desde su adhesión al Grupo Surrealista Checo en 1973 hasta la fecha, la fructífera militancia de Švankmajer ha estado a la orden de la creación de imágenes relacionadas con la exploración del subconsciente personal, pero, sobre todo, con los sueños y la vida interior de la colectividad.