La literatura escrita por una generación de jóvenes narradores es el gran ejemplo de que se puede decir más de un personaje en pocas páginas bien escritas que en una novela pretenciosa en la que abunden los recursos pero que no logra llegar a ninguna parte.
Advertencia para el y la lectora. Hay que leer este texto por ratos, para poder respirarlo y llorarlo. Para los mesoamericanos, este libro ofrece formas concretas para narrar la ira y la vergüenza, la tristeza y el desasosiego.