El fascismo puede ser definido en términos clásicos a la vez como una ideología, como un movimiento y como un régimen.
El fascismo está de vuelta: nadie puede pretender seriamente que pertenece exclusivamente al pasado ni que es meramente un objeto de estudio histórico.
El partido republicano ha sido en gran medida una fuerza política reaccionaria prácticamente desde principios del siglo XX.
En cuestiones de género se suele diferenciar a las extremas derechas que participan activamente de una guerra frontal contra el feminismo de las que han tenido que pasar algún proceso de renovación discursiva o propositiva para adaptarse a las realidades nacionales.
Las extremas derechas no son ya las de antes. Esto no significa que sean menos peligrosas, pero se han transformado.