Se necesita algo de fe para entrarle al libro cuya autora es quien daba la cara por Throbbing Gristle y Psychic TV. Bandas que, para escucharlas, requieren de una convicción arriesgada. Casi ciega, como la que a veces exigen las religiones. Pero al mismo tiempo inconforme. Limítrofe. Throbbing Gristle fue la agrupación que en los primeros setenta sería la matriz de géneros disruptores en la música casi después del punk. Si Kraftwerk son considerados los Beatles del pop electrónico, el Cartílago palpitante son los responsables de forjar el industrial como género en conjunto, desde el dance hasta el atonal y lóbrego. Editaron sus primeros álbumes bajo el sello Industrial Records. Seminales también de la música experimental y casi todas las programaciones inclasificables asociadas con el lado oscuro del ser humano.
En los primeros conciertos de Throbbing Gristle, los audiovisuales solían ser imágenes de porno duro. Sadomaso. Método perturbador con el que buscaban confrontar a las audiencias para que sus letras, cantadas, reclamadas por
Genesis, no quedaran de ornamento artístico. Su voz era tan andrógina como su fuerte imagen. Agria e intimidante como la bravuconería masculina. Hermosamente femenina. Encantadora y amenazante. Todos los binarismos se fusionaban en ella sin dejar rastro. Pionera de la identidad trans como camino del conocimiento.
El efecto que producía era eclesiástico. Como cuando algunas personas cobran conciencia de su fe al enfrentarse a pinturas o esculturas de santos con heridas, manchas de lepra o lágrimas de sangre. Y se persignan ante ellas.
Cuando los seguidores se entregaron a la devoción de Throbbing Gristle, el cuarteto se desintegraba. Aun así, Genesis P-Orridge decidió agradecerles no con un club de fans, sino con la creación de una banda posterior, Psychic TV, proyecto que incursionaría cuanto género se le atravesara a Genesis, ya sea el punk clásico, el gótico irritante, el pop almibarado, o el acid house que ella impulsó religiosamente. Y con la fundación de un culto. Que se congregaba en topy: Temple of the Psychic Youth. El templo de la juventud psíquica. En el que todos eran bienvenidos. Incluso los detractores.
Recién traducido por Caja Negra (labor que debió ser agotadora), La Biblia Psíquika es la compilación de todos los textos que tanto los pastores, como los fieles del templo, entre los que se encontraban el duo de electropop Softcell, o los industriales sin piedad de Skinny Puppy, escribieron sobre el misticismo y el autodescubrimiento que proponía el templo como formas de llegar a la verdad. Inspirados en las reflexiones de Genesis que no se tocaba el corazón al despedazar todas las grietas e hipocresías en las que las sociedades occidentales basan su orden y afecto.
Enemiga del control, el chantaje de las emociones humanas, la manipulación moral con la que se condena el ejercicio sexual, su placer y sus orgasmos, La Biblia Psíquika son ejercicios lingüísticos que toman mucho de los textos de William Burroughs, con los que se rebasaba la verdad. Nada era estático ahí. Incluso una reflexión sobre la homosexualidad entre hombres cisgénero alcanzaba liberaciones espirituales.
***
Dicho esto, aquí algunas recomendaciones indispensables antes de leer la Biblia del Templo de la Juventud Psíquika:
Hay que desentenderse de cualquier miedo que tenga que ver con sospechas diabólicas. Por mínimas que sean. Muchos ateos en el fondo no quisieran tener el aliento del diablo cerca. Este es un libro filosóficamente satánico. Hasta el agnóstico más farolero podría encontrar citas de blasfemia opaca. Tampoco es una lectura apta para los débiles del erotismo extremo. Aquí, Genesis propone hacer de los fluidos que expulsamos durante nuestros encuentros sexuales, solos, en pareja, en tríos, en orgías, reproductivos u onanistas, objetos de culto capaces de encontrar su propia misión en el universo. Si usted es de los que sufre agruras y escalofríos cada que se topa con una palabra escrita con la pertinencia del lenguaje inclusivo, respire hondo. Por otro lado, si es de los que apoya las palabras con sílabas neutrales para contribuir a la visibilización de la otredad, también tendrá que respirar hondo. Quizás más. Mientras la lógica actual busca en la diseminación del lenguaje inclusivo hacer del mundo un lugar empático, libre de ofensas, que no hieran sensibilidades, Genesis buscaba todo lo contrario. Destruir los pronombres heterosexuales. Las terminaciones binarias. Como un arma para la destrucción de la moral masiva. Lejos estaba de dar con la neutralidad. En cambio, agregaba un sentido casi terrorista.