Recomendación de los editores

La novela y el síntoma

Ana Negri

Un cuerpo estrellándose contra el suelo. Diego queriendo ser estruendo, queriendo interrumpir la música de su cuerpo. Diego dejándonos así, con él suspendido entre nosotros. Diego, una estrella». El suicidio de Diego, un adolescente de secundaria, es el acontecimiento que detona Ceniza en la boca (Sexto Piso), la segunda novela de Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982) que, tras su lanzamiento en la península Ibérica, apunta ya hacia un rotundo éxito.

Como parte del proceso de duelo por el que atraviesa, la hermana mayor de Diego no solo reconstruye la caída de su hermano una y otra vez en su imaginación, sino que, atormentada por la confusión y el dolor, reflexiona sobre su vida y lo que alcanzó a conocer de la de Diego. En el esfuerzo por explicarse a sí misma las razones que pudo haber tenido su hermano para saltar por la ventana, ella indaga en las situaciones del pasado. A través de esa voz y de la reflexión que tiene lugar a lo largo de la novela, Brenda Navarro explora y pone de relieve las terribles circunstancias de la crisis social actual, de la que el suicidio de un adolescente resulta tan solo un síntoma.

Narrada en primera persona por la hermana mayor de Diego, Ceniza en la boca cuenta la historia de dos hermanos que nacen en Ciudad de México y cuya madre, la menos agraciada de una familia de por sí poco favorecida, resuelve migrar a España con la promesa de ofrecer a sus hijos un mejor futuro en el viejo continente. Esa decisión determina la vida de los hermanos, así como la estructura fragmentaria de este relato itinerante que, en su recorrido por algunas grandes ciudades del mundo (CDMX, Madrid, Barcelona e incluso Nueva York), señala las problemáticas más candentes de nuestra época: pobreza, maternidad, abuso sexual, violencia doméstica, migración, desarraigo, racismo, clasismo, xenofobia, bullying, salud mental, narcotráfico y crimen organizado son algunos de los asuntos que aparecen retratados en mayor o menor medida en esta desgarradora novela.

En las cuatro partes que configuran el relato, la narradora lleva a cabo una revisión del tiempo que vivió en México antes del nacimiento de su hermano, de los años que compartió con él tanto en México como en Madrid, del breve periodo que vivió por su cuenta en Barcelona, y de la vida que ha llevado hasta ahora, tras su pérdida, tanto al regresar a México como en su nueva etapa en Madrid. Así, la primera parte se enfoca, principalmente, en las dificultades de los hermanos durante la infancia, que transcurre al cuidado de los abuelos y, en el caso de Diego, de su propia hermana, quien frecuentemente asume la función materna. La segunda parte da cuenta de la crisis que padecen los hermanos cuando por fin pueden alcanzar a su madre en España y descubren que la realidad a la que se enfrentan responde poco a la vida con la que tanto habían soñado. Es en ese periodo, precisamente, en el que tiene lugar el suicidio de Diego. En la tercera parte encontramos el regreso de la anti-heroína, que viaja a México con las cenizas de su hermano solo para darse cuenta de que la casa que dejó años atrás ya no es en absoluto su hogar, ha desaparecido para siempre junto con quienes la habitaban. A manera de coda, la cuarta parte constituye la vuelta a España donde, pese a los esfuerzos de la narradora por reconciliarse con su realidad, la muerte de Diego se vive aún en presente.

Si bien Ceniza en la boca no deja de señalar la violencia sistémica que lleva en un primer momento a la madre de Diego, a él y a su hermana, a buscar opciones fuera de México, la mira del relato está claramente puesta en visibilizar la discriminación que se ejerce en España contra las comunidades que provienen del otro lado del Atlántico: «Para mí», dice la narradora, «irnos de México significaba huir de la violencia que terminó arrasando con mi familia, pero en España nos esperaba otro tipo de violencia, una menos aparatosa pero igual de cruel, en donde te exigen lealtad mientras te violentan minuciosamente porque no eres como ellos».

Ceniza en la boca es una novela valiente que explora, desde la perspectiva de quien resiste y persiste, las múltiples problemáticas que podrían llevar a alguien a tomar la decisión de acabar con su vida a tan temprana edad. Por si fuera poco, en el contexto actual, esta novela viene a incomodar a una España que ofrece ayuda humanitaria incondicional para los refugiados de Ucrania y que, sin embargo, no deja de fomentar y reproducir conductas racistas y xenófobas contra las diversas comunidades migrantes de habla hispana que aterrizan en sus suelos.

Después de Casas vacías (Kaja negra, 2018; Sexto Piso, 2019), una novela en la que Navarro cuestionó sin tapujos y con agudeza los lugares tradicionales que se le imponen a las mujeres que ejercen la función materna, Ceniza en la boca vuelve a cimbrar las estructuras que ha levantado el sistema capitalista para mantener su hegemonía. Esta vez, Navarro no solo retoma el tema de la maternidad para ofrecer otras múltiples miradas divergentes a la posición tradicional de la madre devota, sino que arremete de igual manera contra la hipocresía del supuesto progresista, contra el racismo, el clasismo e incluso contra el bullying para denunciar una violencia sistémica global que se presenta con caretas distintas según las coordenadas del planeta en las que nos encontremos. En esta segunda novela, Navarro formula una pregunta que a nadie puede dejar impasible: «¿qué haces sin futuro? Igual eso pensó mi hermano y quizá por eso mismo es que se aventó. ¿Cuál futuro?». Ceniza en la boca es una novela potente que denuncia el gran problema de nuestros tiempos: la vida ha dejado de importar.

Ceniza en la boca

Brenda Navarro

Narrativa

2022 · 196 páginas

978-84-18342-71-4