El pretendido regreso a la normalidad ha sido paulatino, pero me deja un resabio de temporalidad a traspié: la ciudad es y, al mismo tiempo, está dejando de ser, también todo el tiempo.
Por supuesto que la homofobia sigue representando una amenaza para los que ejercemos la sexualidad anal. Desperdiciando semen y atentado contra los valores familiares.
¿Cómo llamar al pacto que hacemos las mujeres cisfeministas con otras mujeres cisfeministas de que todo lo que hagan, así sea una atrocidad, será menos atrocidad porque la ejecutora o agresora es una mujer cis que se asume feminista?