La diferencia con la actual situación de la viruela del mono es que parece que somos los mismos homosexuales quienes hacemos el justiciero truco de mantenernos en el clóset.
Construí toda mi personalidad en torno a la sobrevivencia a la precarización, del comprar en la paca por necesidad, y no porque es ecológico o «woke», del reivindicar comer tacos de canasta de cinco por diez pesos, porque no había dinero para comer otra cosa.